Cristo es el verdadero puente entre Dios y los hombres. Y desde su venida en adelante, todo sacerdocio será una participación en Su sacerdocio. Jesucristo es el Sumo Sacerdote y en su sacerdocio se inserta el orden sacerdotal.
Cuando nos bautizamos, somos consagrados para Cristo y nos unimos íntimamente a Él, tanto, que incluso pasamos a formar parte de su cuerpo y participamos de su misión, de sacerdote, profeta y rey.
Un sacerdote es un hombre ordinario, tomado entre los hombres, para una misión extraordinaria, la de ser un puente entre los hombres y Dios. Esa es la razón de ser de los sacerdotes. Es un don de Dios para el bien de todos.
Históricamente Jesucristo no llamó a ninguna mujer a formar parte de los Doce. En esto la Iglesia ve una voluntad explícita, ya que, podría haber elegido mujeres entre los 12 apóstoles y así mostrarnos que esa era su voluntad, pero no lo hizo. Él tuvo amigas mujeres, amó profundamente a su madre,...