¿Qué es un Sacramento? Dios puede hacer llegar la salvación a los hombres de mil modos, pero los caminos ordinarios son los siete sacramentos que Él instituyó a la Iglesia.
La Eucaristía es la parte central de la Iglesia, porque no sólo se nos comunica la gracia, sino al Autor de ella. Es Jesucristo vivo, su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
Jesús es el verdadero pan descendido del Cielo, comida para el alma, fuerza e inspiración para la humanidad en la caminata existencial, vínculo poderoso que une y congrega a todos los fieles alrededor de un único Altar hasta la consumación de los siglos.
La Eucaristía es el sacramento que hace presente, en la celebración litúrgica de la Iglesia, la Persona de Jesucristo (todo Cristo: Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad) y su sacrificio redentor, en la plenitud del misterio pascual de su pasión, muerte y resurrección.
La Misa es el acto más elevado de toda la religión cristiana, ya que el sacramento de la Eucaristía es el centro y el compendio de todo el cristianismo. E incluso los demás sacramentos se ordenan a éste.
Al recibir la Eucaristía, nos adherimos íntimamente con Cristo Jesús, quien nos transmite su gracia. Nos preserva de futuros pecados mortales, pues cuanto más participamos en la vida de Cristo y más progresamos en su amistad, tanto más difícil se nos hará romper nuestro vínculo de amor con Él.
A Jesucristo no le bastó hacerse hombre y morir por los hombres. Quiso quedarse para siempre entre nosotros en la Eucaristía, y hacerse pan para unirse a nosotros en la Sagrada Comunión.
Adorar la divina presencia real de Jesucristo: éste es el fundamento primero de la devoción y del culto al Santísimo Sacramento, es la respuesta de fe y de amor hacia Aquel que siendo Dios se hizo hombre, hacia nuestro Salvador que nos ha amado hasta dar su vida por nosotros y que sigue amándonos...